Durante la etapa de recuperación posterior a la cirugía, es importante llevar una dieta de alimentos blandos o una dieta líquida, hasta que la zona comience a cicatrizar. Los alimentos fríos son ideales o los alimentos a temperatura ambiente, como puré de papas. No se recomienda ingerir alimentos calientes, porque pueden romper el coágulo de sangre en el alvéolo y provocar una infección o un problema llamado “alvéolo seco”. Éste es el momento de disfrutar de tomar batidos, comer pudín y mucha gelatina. Los batidos proteicos también le ayudarán a satisfacer sus requisitos nutricionales diarios con un mínimo esfuerzo. Pero, si va a tomar batidos o líquidos, asegúrese de tomar directamente del vaso, ya que los sorbetes no deben usarse luego de una cirugía hasta obtener la aprobación del cirujano. También está prohibido fumar.
A medida que se recupere luego de la cirugía de extracción de las muelas del juicio, la recuperación es su prioridad número uno. Asegúrese de respetar las instrucciones de su cirujano bucal, ir a sus citas de seguimiento y lavarse suavemente el área de la cirugía luego de cada comida, tal como se lo indicó su médico, para evitar infecciones.
1. Alivian la soledad y la depresión
Contar con una mascota en el hogar puede ayudar a evitar estados como la depresión por sentimiento de soledad, ya que su compañía estimula el contacto físico y la comunicación. Además, la persona se siente más segura, protegida y con la certeza de que siempre va tener a alguien cerca.
2. Mejoran la vida social.
Nuestro animal de compañía puede ser el vínculo que nos permita conocer nuevos amigos y agrandar nuestro círculo social. Con frecuencia, salir a la calle es la excusa perfecta para conocer a alguien en el parque e iniciar una conversación, por ejemplo, sobre el cuidado de las mascotas.
3. Reducen las enfermedades
Un estudio de la Asociación Americana del Corazón ha demostrado que los dueños de perros tienen menos riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, dado que el simple hecho de acariciar a un perro o contemplar a los peces de un acuario tiene un efecto relajante que reduce la frecuencia cardiaca. Además, convivir con animales desde temprana edad, ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, reduciendo con esto el riesgo de desarrollar alergias y enfermedades respiratorias, entre otras.
4. Elevan la felicidad y la autoestima
Diferentes encuestas han determinado que las personas que tienen en su casa un gato o un perro, sienten menos tristeza porque, al jugar con la mascota, se estimula la producción de serotonina y la dopamina, que nos hace sentir más felices. Un animal nunca te va a juzgar por tu apariencia o nivel socioeconómico, simplemente te va a aceptar tal y como eres, mejorando así tu autoestima y confianza en ti mismo.
5. Estimulan a los niños
Además de ser un compañero de juegos para los más pequeños de la casa, crecer con una mascota es una oportunidad para enseñarles a ser más responsables, siempre y cuando ellos se impliquen en el cuidado del animal. Los niños acostumbran a tener una conexión muy estrecha con sus animal de compañía, quien acaba convirtiéndose en su mayor amigo y protector.
Cuando los niños saben que van a "ir al médico" o al pediatra, muchos se preocupan y sienten aprensión ante la visita. Independientemente de que vayan a ver a su pediatra de atención primaria o a un especialista y de que se trate de una visita de rutina o de una visita por una enfermedad o problema médico, los niños tienden a tener miedo y algunos hasta pueden sentirse culpables.
Algunos temores y sentimientos de culpa son fáciles que se pongan de manifiesto y que los niños hablen abiertamente sobre ellos, pero hay otros miedos que se guardan en secreto y sobre los que no se habla. Usted puede ayudar a su hijo a expresar esos miedos y a superarlos.
Entre los elementos que suelen ocupar los primeros puestos en las listas de miedos y preocupaciones que acompañan al hecho de ir al pediatra, se incluyen los siguientes:
Además, los niños a menudo tienen sentimientos de culpa: creen que la enfermedad o afección que padecen es un castigo por algo que han hecho mal o que han dejado de hacer. Los niños que se sienten culpables también pueden creer que las pruebas y procedimientos médicos forman parte de ese castigo.
Puede ayudar a su hijo estimulándolo a expresar sus miedos y refiriéndose a ellos con un lenguaje que él entienda bien y que sea difícil de malinterpretar. A continuación figuran algunas recomendaciones prácticas para conseguirlo.
Si la próxima visita de su hijo va a ser una revisión de rutina, dígale: "se trata de un simple chequeo. El pediatra se limitará a comprobar cómo estás creciendo y desarrollándote, al tiempo que te hace preguntas y te revisa para estar seguro de que tu cuerpo está sano. Y tú podrás hacerle todas las preguntas que quieras sobre tu cuerpo y tu salud". Asimismo, haga hincapié en que todos los niños sanos van al doctor para someterse a este tipo de visitas.
Si su hijo tiene que ir al pediatra para que le diagnostiquen y/o traten una enfermedad u otra afección, explíquele, sin utilizar palabras que podrían asustarlo que "el pediatra necesita revisarte para averiguar cómo solucionar tu problema de salud y ayudarte a mejorarte".
Es una buena idea preparar al niño con cierto tiempo de anticipación para que la visita médica no le tome desprevenido. Cuando explique a su hijo la finalidad de la visita, el hecho de hablarle sobre el pediatra en términos positivos también puede favorecer que se cree una buena relación entre ambos.
Si su hijo tiene que ir al pediatra debido a una enfermedad u otra afección médica, es posible que tenga sentimientos de culpa no expresados al respecto. Háblele sobre la enfermedad o afección utilizando un lenguaje neutro y asegúrele que no es por su culpa: "Esto no es la consecuencia de algo que has hecho o que te has olvidado de hacer. Hay muchos niños que padecen enfermedades similares a la tuya. ¡Tenemos mucha suerte de contar con médicos que pueden averiguar lo que te ocurre y ayudarte a ponerte bien!"
Si usted, su cónyuge, otro familiar o algún amigo ha tenido (o tiene) la misma afección que su hijo, comparta con éste último esa información. El hecho de saber que usted y/o otras personas conocidas han pasado por lo mismo que él le ayudará a atenuar los sentimientos de culpa y los miedos que pueda tener.